¿Es posible que las condiciones en las que se encuentra el agua que bebemos esté provocando desajustes en nuestro organismo sin darnos cuenta? ¿Qué hay de verdad en todo esto?
Si tomamos en cuenta los estudios de Masaru Emoto, Mu Shik Jhon, etc., bien merece emplear un tiempo en hacer nuestro propio estudio mediante la experimentación de cómo influyen los pensamientos y las emociones en la transformación molecular del agua, ¿acaso no notamos la diferencia cuando nos muestran amor o, al contrario odio?
¿Nos sentimos igual estando al lado de alguien con un estado de felicidad que de angustia?
Todo lo que sentimos a nivel emocional queda reflejado en las moléculas del agua que fluye a través de nuestro circuito corporal. Por eso es de vital importancia que el agua con la que regamos nuestro circuito interno sea pura…
Cada ser humano puede convertirse en el investigador de su propio cuerpo y probar mediante pequeños experimentos el resultado del agua tratada con amor o con indiferencia. Una comida elaborada con un agua tratada con amor no tendrá el mismo sabor que una tratada con rabia, odio o, como he dicho, indiferencia.
Pilar Campos Rodríguez
Licenciada en Psicología y facilitadora de Freshbiz
Email: Pilaromega@gmail.com – Móvil: 697.23.98.48
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